Mujeres, Raza y Clase explora cómo el feminismo convencional no ha tomado en cuenta las experiencias de las mujeres que existen fuera de las clases altas y medias blancas.

Las feministas convencionales han luchado por un asiento en la mesa desde los años 1840, pero el movimiento todavía lucha por conseguir muchos de los derechos más básicos para las mujeres estadounidenses.

En su colección de ensayos de 1981, Mujeres, Raza y Clase, la activista política marxista, filósofa y académica Angela Davis discute cómo el racismo infectó al feminismo desde el principio.

Davis explora tanto el Movimiento de Liberación de las Mujeres como la historia de la esclavitud estadounidense para mostrar cómo el fracaso en llegar a términos con su propio racismo ha hecho que el feminismo convencional sea otra herramienta del patriarcado.

Solo a través de la desmantelación del mito de la 'universalidad femenina' y la concentración en la opresión sistémica en todas sus formas, el feminismo encontrará un camino a seguir.