En La ciencia del beso, la periodista científica Sheril Kirshenbaum desenreda los misterios del beso y la evolución de esta práctica humana a lo largo de los siglos.

A veces, nuestras palabras no son suficientes para decirle a alguien cómo nos sentimos por ella o él.

A lo largo de los siglos, los humanos han expresado su afecto de muchas maneras diferentes. Los amantes se escribían cartas entre sí, se escapaban de noche para reunirse en jardines secretos bajo la luz de la luna y se cantaban serenatas mutuamente, pero el beso siempre parece haber sido el pilar de cualquier buena historia de romance.

El beso ha sido considerado por mucho tiempo como una forma universal de expresar sentimientos románticos.

En la mayoría de las películas románticas, el beso es el momento que la audiencia espera con más ansias, porque hace tangible la historia de amor. De hecho, una rápida búsqueda en Google de "mejores besos de películas" genera cientos de resultados.

Como imágenes de satélite donde dos galaxias se fusionan y parecen estar besándose, cuando los labios de dos amantes se tocan, parece una fusión de dos almas.

Pero, ¿de dónde proviene esta práctica? ¿Siempre ha existido o ha evolucionado con el tiempo? Es curioso cómo podemos dar por sentado este acto aparentemente natural.

Aquí, la escritora y investigadora Sheril Kirshenbaum desenreda los secretos del beso y te da trucos para asegurarte de que domines el arte.

Descubre por qué nos besamos, cómo cambia esta práctica según la cultura y descubre la evidencia respaldada por la ciencia sobre cómo hacer que un beso sea lo mejor posible.