Investigadores del Instituto de Internet de Oxford explican cómo el desarrollo de la tecnología de IA depende de la explotación de trabajadores mal pagados y creativos no acreditados en todo el mundo.

Hace apenas una década, la inteligencia artificial (IA) interesaba principalmente a escritores de ciencia ficción y entusiastas de la tecnología.

Luego, aparentemente de la noche a la mañana, la IA se convirtió en parte de nuestras vidas cotidianas: ahora pedimos a los chatbots planes de comidas y consejos sobre citas, y vemos arte generado por IA en películas, publicaciones en redes sociales y campañas publicitarias.

Bajo el asombroso avance tecnológico se encuentra un legado de colonialismo, desigualdad y explotación laboral.

Callum Cant, James Muldoon y Mark Graham son académicos y autores con sede en el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford.

En su libro de 2024, Alimentando la máquina, el trío explora cómo la tecnología de IA ha prosperado gracias a miles de horas de trabajo servil realizado por trabajadores mal pagados.